Felipe Rubiano: Una odisea contemporánea:
Mi nombre es Felipe Rubiano, tengo 14 años, tengo 1 hermano, vivo con mi mamá y mi hermano en la finca. Soy jugador de ajedrez, a lo largo de mi vida gané muchos torneos, perdí muchos más, pero aprendí de todos en los que estuve. Nací en Facatativá, luego me fui a vivir a Madrid. Tengo una familia que me apoya incondicionalmente. Tengo un miedo a los terremotos. De pequeño, no dormía por miedo a morir, dormía hasta con tenis por si algo pasaba. Mi familia es cristiana, toda mi vida me llevaron a una iglesia, así no quisiera. Lo que hizo que, en parte, hiciera que odiara ir allá. Cuando fui un poco más grande, empecé a preguntarme por qué iba, si Dios existía y era verdadero todo lo que escuché de eso. Me consideré por un tiempo agnóstico. Reconozco que hay un Dios, pero no sé si es el hebreo.
Para mí, el ajedrez es como un pequeño mundo dentro de un tablero. Me gusta mucho tener que pensar cada movimiento, tratar de imaginar qué va a hacer el otro jugador y buscar esa jugada que puede cambiar la partida. Me engancha el desafío mental que propone, donde la estrategia y la creatividad se combinan. No importa si es una partida rápida o si me tomo mi tiempo para analizar, siempre lo encuentro como una aventura para la mente muy interesante. Es un momento para concentrarse y usar la visión táctica, y cada partida siento que cuenta una historia diferente. La verdad, el ajedrez es más que solo mover piezas, ¡es algo que disfruto mucho y me hace pensar!
Bueno, yo nací en Faca, y desde pequeño me crie más que todo con mi mamá, aunque en realidad fue mi abuela la que estuvo más pendiente de mí, porque mi mamá tenía que salir a trabajar. Mi papá fue bastante ausente, y se fue a vivir a Faca también, pero no estuvo muy presente en mi vida. Durante mi infancia viví en la casa de mi abuela, donde estaba rodeado de mis tíos, mis abuelos, mis primas y mis primos. Era un ambiente muy familiar y siempre había gente alrededor. Sin embargo, en el año dos mil diecinueve, gracias a los ahorros de mi mamá, nos pudimos mudar a un apartamento en un conjunto llamado La Finca. Fue un cambio grande porque pasamos de vivir rodeados de familia a estar solo mi mamá, mi hermano y yo. La verdad fue difícil al principio, porque el lugar se sentía muy solitario y nos hacía falta la compañía de la familia. Aun así, llevamos ya seis años viviendo acá, y fue donde terminé gran parte de mi educación. Aunque no fue fácil, con el tiempo nos fuimos acostumbrando.
Al principio de la pandemia, creí que solo iba a durar una o dos semanas, algo muy corto, pero en realidad duró mucho más tiempo. Al principio no sabía usar mucho la tecnología, pero luego me fui adaptando y aprendí a manejar todo mejor. Aunque no aprendí mucho de las clases virtuales, me la pasaba jugando Minecraft, pero la verdad es que me gustó la experiencia. Si me preguntas, me gustaría volver a un confinamiento porque fue algo diferente y bastante divertido, y pude disfrutar de esa época.
psdt: no me dejo pegar imágenes porque decía que no leía sus propiedades, :( no logre que pegara la imagen ;(
¡¿y las imagenes?!
ResponderBorrarlea la postada
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